Ayer domingo día 29 de Marzo asistimos a la Ruta Villa de Estadilla, que se celebra desde hace 5años en Estadilla, una localidad a pocos kilómetros de Barbastro situada al pié de una gran montaña.
Salimos de Zaragaza a las 7 de la mañana (hora recién cambiada) y tras algunos problemillas con el mapa llegamos a las 8:45.
Salimos de Zaragaza a las 7 de la mañana (hora recién cambiada) y tras algunos problemillas con el mapa llegamos a las 8:45.
La salida se daba desde el centro del pueblo, en la plaza del Sol, y cuando llegamos ya estaba todo preparado, el escenario para la entrega de trofeos, el arco de salida…
La mañana estaba fría y el cielo cubierto así que el panorama invitaba poco a subirse encima de la bicicleta, no obstante fuimos a recoger nuestros dorsales y montamos las bicicletas.
La mañana estaba fría y el cielo cubierto así que el panorama invitaba poco a subirse encima de la bicicleta, no obstante fuimos a recoger nuestros dorsales y montamos las bicicletas.
Tras un breve calentamiento de unos 10 minutos observamos que las intensas lluvias de la noche anterior no habían estropeado el terreno como para entorpecer la carrera (aún no sabíamos lo que nos esperaba) y comprobamos también el gran numero de participantes jóvenes que habían asistido a la prueba, algo poco común en éste tipo de carreras, pero digno de aplaudir.
Pasaban unos minutos de las 10 cuando nos convocaron a los participantes en la línea de salida y tras un breve recorrido por el pueblo que aprovechamos para ponernos en la parte delantera del pelotón, el coche neutro se retiró y bajo el arco de llegada se dio la salida lanzada de la prueba.
Se rodó rapidísimo desde el comienzo, llegando en ocasiones a los 50 Km. /h, y logré colocarme en la cabeza de carrera con un grupo que poco a poco iba abriendo hueco con el resto. A los tres kilómetros el terreno comenzaba a picar hacia arriba y los más fuertes comenzaron a imprimir un ritmo que podía seguir pero que sabía que no podría mantener durante los más de 5km de ascensión, así que me dejé caer del grupo con otros corredores locales que habían tomado la misma decisión.
Se rodó rapidísimo desde el comienzo, llegando en ocasiones a los 50 Km. /h, y logré colocarme en la cabeza de carrera con un grupo que poco a poco iba abriendo hueco con el resto. A los tres kilómetros el terreno comenzaba a picar hacia arriba y los más fuertes comenzaron a imprimir un ritmo que podía seguir pero que sabía que no podría mantener durante los más de 5km de ascensión, así que me dejé caer del grupo con otros corredores locales que habían tomado la misma decisión.
Durante varios kilómetros me exprimí al máximo para no perder del grupo que habíamos formado con dos corredores del c.c.Barbastro pero pronto llegamos al punto que cambiaría toda la filosofía de la prueba.
Cuando llevábamos 9km, quizá menos, llegamos a aun tramo donde cambiaba la composición del terreno por otro más arcilloso y donde el drenaje del agua era mucho peor, lo que había producido un barro muy pastoso y pegadizo en el que todos los participantes se estaban quedando clavados.
El barro se acumulaba en las ruedas hasta el punto que se quedaban bloqueadas y dejaban de rodar.
El barro se acumulaba en las ruedas hasta el punto que se quedaban bloqueadas y dejaban de rodar.
Se produjeron entonces momentos de confusión y desconcierto y muchos de los participantes comenzaron a darse media vuelta. Se planteaban dos alternativas echarse la bicicleta a la espalada y seguir aún sabiendo que el resto del camino podía estar igual, o darse media vuelta y volver por dónde habíamos venido.
Yo como buen masoca elegí la primera y decidí continuar, así que me eche mi bicicleta a la espalda y eché a andar. Lógicamente la competición había terminado llegados a éste punto y para mí el único objetivo era acabar la carrera. Así que me lo tomé con mucha calma y cada 100 o 200 metros iba parando a descansar ya que se me cargaba muchísimo la espalda de soportar los 13 kg de bici más los 6 o 7 de barro que podía llevar.
Yo como buen masoca elegí la primera y decidí continuar, así que me eche mi bicicleta a la espalda y eché a andar. Lógicamente la competición había terminado llegados a éste punto y para mí el único objetivo era acabar la carrera. Así que me lo tomé con mucha calma y cada 100 o 200 metros iba parando a descansar ya que se me cargaba muchísimo la espalda de soportar los 13 kg de bici más los 6 o 7 de barro que podía llevar.
Entretanto iba charlando con los participantes y se podía palpar un malhumor general, muy lógico por otra parte en ésta situación, agravado por las roturas que estaba comenzando a sufrir la gente en sus cambios, que iban rompiéndose como si de un virus se tratase.
El resto de la carrera ya fue algo monótona, aunque muy dura ya que continuamente había que parar a quitar el barro acumulado en la bici o recorrer largos tramos con la bici al hombro, así que fui todo el rato cuidando la transmisión, intentando forzarla lo menos posible para poder llegar a meta.
El resto de la carrera ya fue algo monótona, aunque muy dura ya que continuamente había que parar a quitar el barro acumulado en la bici o recorrer largos tramos con la bici al hombro, así que fui todo el rato cuidando la transmisión, intentando forzarla lo menos posible para poder llegar a meta.
Tras subir la cuesta más dura del recorrido con la bici al hombro comenzó la última parte del recorrido que era completamente de bajada en la que incluso apareció el sol y pude adelantar a dos o tres participantes.
Entré en meta en 13º posición y algo más manchado de barro de lo que esperaba en un principio, pero con unas muy buenas sensaciones por haber podido acabar, aunque la mejor sorpresa estaba por llegar y es que había quedado tercero en la categoría élite así que me iba a volver a casa con trofeo.
Sin duda una carrera que no olvidaré por el reto personal que me supuso y por supuesto porque es el primer trofeo que consigo en éste mi primer año en las carreras de mtb.
La pena fue que por estar en la gasolinera limpiando la bici no pude asistir a la entrega de trofeos y me tuve que conformar con hacerme una foto en el podio con el campeón Jorge Torres.
La pena fue que por estar en la gasolinera limpiando la bici no pude asistir a la entrega de trofeos y me tuve que conformar con hacerme una foto en el podio con el campeón Jorge Torres.
Por otra parte a Javi le volvió a acompañar la mala suerte y se contagió del virus de los cambios rotos y tuvo que llegar andando desde el Km. 15. Otra carrera para olvidar para él ya que le están acompañando los problemas mecánicos en las últimas carreras.
Como conclusión, una carrera dura y exigente en la que la organización podría haber avisado previamente de que había zonas no ciclables y así haber evitado todas las críticas y averías que se sucedieron.
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