Ayer abrimos la temporada corriendo en Almatret (Lérida) en una carrera que a priori parecía corta (41km) pero que se hizo más larga de lo esperado.
A pesar de tener pensado comenzar a competir el último fin de semana de febrero, a causa de mi lesión de tobillo y mis molestias en las rodillas, no ha podido ser hasta ayer que hiciéramos el estreno en competición.
La verdad, tenía muchas ganas, porque no competía desde el pasado 27 de septiembre y después de la lesión quería ver como me encontraba realmente.
La mañana comenzaba muy muy fría y a las 9 de la mañana nos tenían a los 500 participantes en la línea de salida; emotivo minuto de silencio por David Duaigües, organizador de la prueba en años anteriores fallecido en la extinción de un incendio forestal, y acto seguido salida neutralizada.
Salida muy nerviosa y a tope, destacándonos un grupo de 7 corredores en las primeras rampas y rodando en pelotón para hacer un segundo paso por el pueblo. Tirones, ataques, codos y CAIDA. A la salida del pueblo, mientras rodamos a 40-45km/h, dos se ponen a luchar por la posición, se hacen el afilador y lo último que recuerdo es estar prácticamente sentado sobre el manillar y después suelo...Me levanto sin pensar ni en lo que había pasado y me reengancho al grupo.
Con la cosa más calmada comenzamos a descender por una pista que nos adentraría en la primera zona de sendero de la jornada. A partir de aquí se marchan en solitario Jordi Cugat ( que sería el vencedor) y un compañero del Can Victor, que abrirían hueco gracias al tapón que genera el que marchaba 3º.
Por mi parte a partir de aquí a sufrir. Con la mente todavía en la caída y con una bici que prácticamente estrenaba, me resultaba imposible arriesgar en las bajadas y no terminaba de encontrarme cómodo subiendo. Aunque sin duda de esto último tiene la culpa la falta de entrenamiento en montaña y el hecho de haberme centrado obsesivamente en hacer base con la bici de carretera.
Finalmente entré, en una carrera de más a menos, que se me hizo interminable en los últimos kilómetros, en 11º posición con la sensación poder haber hecho más en otras circunstancias.
En cuanto a la organización, creo que se merecen un aplauso y para mi ha sido la carrera mejor organizada que he estado. El recorrido insuperable, con una cantidad de senderos y trialeras increíble. Una pena la caída y el no haber podido adaptarme a la bici, aunque gracias a Dios sólo han sido raspones y algún agujero en el maillot. No obstante el año que viene volvemos seguro.
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