martes, 27 de septiembre de 2011

III Azuara Bikemaraton

Nuevamente, por tercer año, gran día de mountain bike en la Azuara Bikemaraton. Y nuevamente, por tercer año también uno de los días más felices para mí sobre una bicicleta. Después de un comienzo en el que veía muy negro poder llegar a final de carrera en cabeza, seguí el plan establecido para finalmente llegar en primera posición en una de las carreras que más ilusión me hace ganar.


El comienzo de carrera se me hizo muy complicado, sin haber calentado ni nada que se le pareciera, se empezó a rodar a muchísima velocidad. Palos y más palos hasta que se hace parón y se marcha Félix (Bomberos de Zaragoza). Luego intentamos entre unos pocos hacer bueno un corte que se había hecho en una bajada pero los equipos más numerosos nos lo echaron abajo. Calentón para nada. Aún lo volvimos a intentar una vez más Raúl Serrano y yo pero también fue en vano. Estaba claro que no nos iban a dejar marcharnos juntos. Ya con un calentón importante y las piernas que no iban lo ví muy negro. A partir de aquí a guardar la ropa y a esperar a las zonas técnicas, no tenía piernas para más exhibiciones contra el aire. Raúl, que buscaba la opción del sprint intermedio de Azuara si que se marchó en solitario.

Poco antes de llegar a los casi 20 kms. de zonas técnicas del primer bucle Félix nos llevaba 2 min exactos y Raúl 1´:15´´. La carrera podía estar delante si se organizaban entre ellos así que había que ir a la caza. Arriesgando más de lo que me hubiera gustado en la bajadas y a ritmo de carrera de rally de 2 horas cogía a Félix poco antes de llegar a Azuara y juntos a Raúl en el Cabezo del Lobo. Raúl pincharía poco después (malas lenguas dicen que fue a posta :D) y continuamos Félix y yo entendiéndonos muy bien a relevos durante toda la parte de rodar de la carrera.

A veinte para el final llegaba el examen final de la ABK, la subida a Sierra Gorda, aquí ya no hay lugar para turcos, si llegas fuerte subes si no, se te hace pelota y es muy difícil subir montado. Puse mi ritmo desde abajo y empecé a abrir metros. Las piernas no iban pero ver la victoria cerca podía más que todo.
Pude coger la suficiente ventaja como para poder disfrutar durante los últimos kilómetros de la victoria, una gozada. Me volví a emocionar sobre la bici como en la primera edición con las dos motos abriendo paso por el pueblo y la gente saliendo de sus casas a animar. INCREIBLE.

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