El fin de semana de ZURUKUAIN fue bastante completito en lo que a bici se refiere. El Sábado por la tarde la Federación Aragonesa de Ciclismo celebraba en Huesca la Gala del ciclismo aragonés donde la selección aragonesa de BTT recibimos un reconocimiento por la medalla de PLATA conseguida en el Team-relay del campeonato de España. Nada más salir de la gala, directos a la cena de fin de temporada del C.C. Utebo, donde el equipo tuvo el bonito detalle de premiarnos a Javi y a mi por la temporada que habíamos hecho y darnos una beca al ser los socios más jóvenes del club.
Al día siguiente, a pesar de haber trasnochado algo, tocaba levantarse pronto para ir a Zurukuain y cuando llegamos allí y vimos a algún chaval con la bici embarrada se no calló el alma al suelo, ¡más barro no, por favor! En la salida, no se que me pasa últimamente que me quedo un poco empanado y salgo fatal, me tocó chuparme el atasco hasta que salimos a pista ancha y pude adelantar.
Durante las primeras vueltas no me encontraba muy bien pero poco a poco fui cogiendo ritmo y fui para arriba. A una vuelta y media para el final me pasó Diego Latasa ( 1ºSub-23 del Open), que había tenido algún problema en la salida e iba retrasado sin yo saberlo. Me pasó como un avión en una de la subidas y no me pude enganchar a él, pero viendo que lo tenía tan cerca había que luchar por esa primera posición. En la última vuelta conseguí reengancharme y me puse a marcar el ritmo para en la última subida lanzar el sprint antes de llegar al pueblo y llevarme la victoria Sub-23. La vedad es que llegué a meta con la vista nublada del esfuerzo de toda la última vuelta pero menuda alegría, eso superaba mis expectativas.
Para ESTELLA llegaba con muchas ganas de correr, me habían hablado maravillas del circuito y el hecho de ser la última carrera del año la hacía especial. Me encantó la última bajada, una pena que en las últimas vueltas se embarrara y quitara las ganas de arriesgar, pero chula, chula y menudo hambientazo, daban ganas de pararse y quedarse allí a ver al resto bajar.
En cuanto a la carrera fue un pena porque no tuve buenas piernas y sufrí como un cochinillo. Pasado el ecuador de la carrera viendo que por detrás no venía nadie y que por delante había poco que hacer, me relajé y a disfrutar de las últimas vueltas del año. ¡El la última vuelta salió el sol y todo!
La verdad es que el Open se ha hecho largo pero casi da pena que se acabe. Levantarte el Domingo a las 6:30, el barro, el frío... que gozada. Pero fuera de bromas, ha sido una maravilla compartir mañanas de Domingo con gente que es tan feliz como tú sobre un cacharro de dos ruedas, en especial con la “Armada Maña” que nos desplazábamos a cada carrera. El año que viene estoy seguro de que el ODP será uno de los campeonatos marcados en rojo en el calendario ; )
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