Las condiciones en la que corrí no
fueron las ideales, de hecho, sobre todo en los primeros kilómetros
me acordé bastante de la ruta de 3 horas de btt del día anterior,
de las 4 horas que había podido dormir solamente y del paquete de
galletas Príncipe que me había “arreado” para desayunar porque
no estaba abierta la cafetería del hotel. Así que en los primeros
kms. mucha miseria.
En la primera cuesta se
marcharon por delante dos corredores y aunque los tenía cerca, hasta
que no llegamos a la primera trialera no conseguí cogerlos de nuevo.
A partir de aquí la carrera fue una batalla bicis 29¨ VS bici 26¨.
En las zonas llanas y subidas con mucha piedra me iban sacando de punto incluso yendo a rueda y en las bajadas y senderos revirados iba yo un poco mejor que ellos.
En las zonas llanas y subidas con mucha piedra me iban sacando de punto incluso yendo a rueda y en las bajadas y senderos revirados iba yo un poco mejor que ellos.
Para los no entendidos: El dominguero de naranja lleva bici con ruedas de 26¨ y el de delante lleva de 29" |
No se cómo pero fue
mirar el pulsómetro, ver que quedaban solo 5 kms. para meta y las
piernas empezaron a funcionar, encima estaba Javi medio poseído al
final de la cuesta gritándome “ ¡Te lo comes!” y fue la
mega-motivada. Antes de empezar la siguiente bajada ya lo había
cogido y poco después le abrí unos metros que fueron a más y a más
hasta llegar a meta con ventaja suficiente para disfrutar de la
victoria y dedicársela a mamá Marisa en el día de la madre. Fin de
semana perfecto.