jueves, 23 de diciembre de 2010

Todo se acaba, incluso el Open Diario de Navarra

 ¡Que larga se estaba haciendo la temporada! Y es que el Open Diaro de Navarra tras nueve carreras por fin llega a su final. En cualquier caso tras un parte media del campeonato bastante mala por mi parte, he acabado con muy buen sabor de boca haciendo dos buenas carreras en Zurukuain y Estella, pero vayamos por partes.
El fin de semana de ZURUKUAIN fue bastante completito en lo que a bici se refiere. El Sábado por la tarde la Federación Aragonesa de Ciclismo celebraba en Huesca la Gala del ciclismo aragonés donde la selección aragonesa de BTT recibimos un reconocimiento por la medalla de PLATA conseguida en el Team-relay del campeonato de España. Nada más salir de la gala, directos a la cena de fin de temporada del C.C. Utebo, donde el equipo tuvo el bonito detalle de premiarnos a Javi y a mi por la temporada que habíamos hecho y darnos una beca al ser los socios más jóvenes del club.


Al día siguiente, a pesar de haber trasnochado algo, tocaba levantarse pronto para ir a Zurukuain y cuando llegamos allí y vimos a algún chaval con la bici embarrada se no calló el alma al suelo, ¡más barro no, por favor! En la salida, no se que me pasa últimamente que me quedo un poco empanado y salgo fatal, me tocó chuparme el atasco hasta que salimos a pista ancha y pude adelantar.


 Durante las primeras vueltas no me encontraba muy bien pero poco a poco fui cogiendo ritmo y fui para arriba. A una vuelta y media para el final me pasó Diego Latasa ( 1ºSub-23 del Open), que había tenido algún problema en la salida e iba retrasado sin yo saberlo. Me pasó como un avión en una de la subidas y no me pude enganchar a él, pero viendo que lo tenía tan cerca había que luchar por esa primera posición. En la última vuelta conseguí reengancharme y me puse a marcar el ritmo para en la última subida lanzar el sprint antes de llegar al pueblo y llevarme la victoria Sub-23. La vedad es que llegué a meta con la vista nublada del esfuerzo de toda la última vuelta pero menuda alegría, eso superaba mis expectativas.

Para ESTELLA llegaba con muchas ganas de correr, me habían hablado maravillas del circuito y el hecho de ser la última carrera del año la hacía especial. Me encantó la última bajada, una pena que en las últimas vueltas se embarrara y quitara las ganas de arriesgar, pero chula, chula y menudo hambientazo, daban ganas de pararse y quedarse allí a ver al resto bajar.


En cuanto a la carrera fue un pena porque no tuve buenas piernas y sufrí como un cochinillo. Pasado el ecuador de la carrera viendo que por detrás no venía nadie y que por delante había poco que hacer, me relajé y a disfrutar de las últimas vueltas del año. ¡El la última vuelta salió el sol y todo!
La verdad es que el Open se ha hecho largo pero casi da pena que se acabe. Levantarte el Domingo a las 6:30, el barro, el frío... que gozada. Pero fuera de bromas, ha sido una maravilla compartir mañanas de Domingo con gente que es tan feliz como tú sobre un cacharro de dos ruedas, en especial con la “Armada Maña” que nos desplazábamos a cada carrera. El año que viene estoy seguro de que el ODP será uno de los campeonatos marcados en rojo en el calendario ; )

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Pez en el barro.

Ya han quedado atrás otras dos pruebas del Open Diario de Navarra, dos carreras durísimas por culpa del barro y que en mi caso han servido para eliminarme de la clasificación general. El formato del Open permite quitar los dos peores resultados de las 9 pruebas, así que el abandono del último día en Luquin sumado al pinchazo de Acedo y a que no pude ir a Oteiza porque estaba enfermo, echan al traste mis ilusiones de hacer un buen puesto en el primer campeonato que me decido a correr completo.

En ORORBIA que en un principio iba a ser un circuito totalmente llano, rapidísimo e idóneo para rodar en grupos, se convirtió en un lodazal por culpa de las lluvias que durante toda la semana estuvieron regando el circuito. Yo con mis ruedas de seco dando la vuelta de calentamiento ya vi que no iba a pasar un buen día, menos aún si dejaba de llover, salía el sol y soplaba el viento como luego haría.

La primera vuelta fue bastante bien, a pesar de quedarme un poco encerrado en la salida conseguí meterme en el grupo que tenía que estar. El circuito estaba bastante resbaladizo en algunos tramos pero al menos el barro no se pegaba a las ruedas y permitía rodar con facilidad.

Para la segunda vuelta el circuito ya parecía otro, salió el sol, comenzó a soplar el aire y con el paso de los participantes comenzó a formarse un barro muy pegajoso que hacía que en muchos tramos bajarse de la bici fuera un requisito imprescindible para seguir avanzando.Tras sufrir una caída por querer ir demasiado rápido en una zona de barro perdí contacto con el grupo en el que iba y me tocó acabar la carrera en solitario.

En un día de los que no apetece montar en bicicleta y en el que te tienes que bajar continuamente no conseguía encontrar el ritmo de carrera e iba como haciando series, de repente me encontraba muy bien y al momento tenía que bajar el ritmo porque no iba.

Ya en la última vuelta vi que llegaba por detrás Alvaro Olasolo con quien estaba disputando la 7º plaza de la general y la 2º de su-23. A pesar de ir a tope me iba recortando metros y llegamos juntos a la última subida del circuito en la que había que bajarse de la bici. Tras ir emparejados durante bastantes metros al acabar la subida conseguí lanzar la bici y abrir unos metros que me servirían para entrar por delante salvando un día que parecía que iba a ser malísimo.


En LUQUIN la historia resultó ser mucho más corta. Asqueado por lo mal que lo había pasado en Ororbia con las cubiertas de seco, me había hecho con unas cubiertas con mucho más taco para no ir pegando patinazos como el fin de semana anterior. Pues bien, pagué la novatada de salir con éstas ruedas anchísimas ( se parecen más a una rueda de tractor que de bici) cuando en realidad las que había que usar eran unas finitas para que no se acumulara el barro en ellas.

En la primera vuelta aún salvé la papeleta porque el terreno estaba compacto pero en la segunda vuelta aquello se convirtió en un infierno. En una de las cuestas tuve que parar tres veces en menos de 100mts a quitar barro de la bici porque se habían quedado las ruedas bloqueadas. Con ésta situación y viendo cómo la gente pasaba por al lado mio sin bajarse de la bici ya vi que mi carrera la había echado a perder ya en Zaragoza eligiendo esas ruedas.La enésima vez que paré a quitar barro decidí que era la última y opté por abandonar aceptando con ello las consecuencias que tenía de cara al Open.


Nunca había abandonado una carrera y la sensación de frustración fue inmensa, más aún sabiendo que me caía completamente de la clasificación general. Recorrer más de 200 kms para retirarte en la vuelta dos no es plato de buen gusto. En cualquier caso de días como éstos es de los que más se aprende, y para futuros campeonatos queda claro que la solidez y la regularidad son garantías de éxito.