No han sido dos meses fáciles, han sido dos meses llenos de exámenes, entregas de proyectos y en los que no he podido ni competir ni entrenar como a mi me habría gustado. En cualquier caso no escondo que el único objetivo que me había puesto a principio de temporada era correr el campeonato de Aragón y ganarlo en mi categoría.
El esfuerzo ha merecido la pena y atrás quedan la heladoras mañanas de diciembre con el equipo o la obsesión por ir a Navarra a correr carreras de circuito que se me atragantaban completamente.
Centrándonos en el domingo, el campeonato se disputaba en Monzón sobre un circuito de 9 kms. al que las categorías superiores daríamos 5 vueltas. El circuito habíamos estado viéndolo el miércoles y nos había encantado, bastante rodador y con un par de bajadas muy bonitas aunque excesivamente seco y polvoriento. Nada que ver con cómo lo encontramos el domingo, después de haber estado lloviendo por la noche el circuito se había quedado perfecto. El gran protagonista de la mañana fue el calor, que unido a la humedad hizo que la carrera fuese mucho más exigente.
De salida se salió ya con un ritmo fuerte aunque no se produjo la peligrosa lucha por la posiciones que yo esperaba antes de entrar en el sendero. Milton se marchó por delante y no volvimos a saber nada de él, en segunda posición marchaba Urbano, en tercera yo mismo y por detrás perseguían juntos Torres y Pardenilla. Me encontraba muy bien y a pesar de que el cuerpo me pedía más, tenía que ir regulando de cara a un final de carrera que sabía que se me haría muy complicado. En la tercera vuelta en vistas de que me encontraba tan bien y que tenía a Urbano bastante cerca decidí apretar para cogerle y no llevar todo el desgaste en solitario. Conseguí acercarme algo y sobre todo distanciarme de los que venían por detrás pero a cambio me llevé un regalito en forma de calambres como no me había pasado en la vida. Al final me tuve que parar porque se me quedaron la piernas completamente bloqueadas, me era imposible doblar las rodillas y tenía que andar como los pingüinos!! Intenté relajarme pero nada, el tiempo seguía pasando y me empezó a aparecer la palabra abandono por la cabeza, me era imposible subirme a la bici. Apareció Torres y me animó a que me subiera y le intentara seguir, pero mis piernas no estaban para tonterías, así que me puse a mi ritmo sin forzar lo más mínimo y pensando sólo en conservar la primera posición sub-23.
Las dos últimas vueltas las pasé arrastrándome por el circuito y al final de la última vuelta me enganchó Pardenilla del que conseguí marcharme en la última subida y entrar cuarto de la absoluta.
Lógicamente estoy contentísmo por haber logrado mi objetivo, pero se me quedó un sabor agridulce por culpa de los calambres, no recordaba que me hubiera sucedido algo así antes y lo achaco al calor y la falta de entrenamiento estos últimos meses.
Ahora toca disfrutar del maillot de campeón de Aragón.
Enhorabuena primo!!! Si con calambres, con exámenes, entregas de proyectos y bajándote de la bici has ganado el de Aragón, ¿qué hubiera sido sin ello?
ResponderEliminarMi más sincera enhorabuena por un premio tan luchado como merecido.
Un abrazo y ánimo
ABEL